Grifon del Nivernais

Historia de la Raza:
El Grifon de Nivernais es considerado uno de los más antiguos perros de caza franceses. Natural de la región que le dio su nombre – Nivernais – existe probablemente desde el año 1200 y se cree que desciende del Gris Saint Louis, uno de los perros favoritos del rey Luis XI y también del rey Luis XIV, casi cuatro siglos después.
Inicialmente, solía ser utilizado para cazar lobos y jabalís en jauría, cuando la caza tenía una faceta elitista y su realización implicaba todo un conjunto de preparativos para que se cumpliera con todo el aparato. Músicos, cazadores, caballos y largas decenas de estos perros participaban en este como que ritual reservado a las clases aristocráticas.
Les competía seguir el rastro de las presas heridas o ya abatidas, aplicando su apuradísimo olfato a esa tarea y desafiando su considerable resistencia física.
Han sido varios los episodios que se han revelado problemáticos al criamiento de estos perros. Entre ellos, se cuenta que en el reinado del rey François I (1494-1515) estos perros han perdido algún de su prestigio (y consecuentemente protección) en la realeza debido a la preferencia de ese rey por perros blancos.
Al mismo tiempo, con la reducción del número de presas mayores, se realizaran cruces con el objetivo de adaptar el Grifon de Nivernais a las presas más pequeãs. El cruce entre este y un perro llamado Archer (un Foxhound) originó el Grifon-Vendeen-Nivernais que después se llamaría sólo Grifon de Nivernais en finales del siglo XIX.
En este fin de siglo, el Nivernais estaba realmente en peligro de extinción y no se ha perdido para siempre gracias a los esfuerzos de un pequeño grupo de admiradores.
El actual Grifon de Nivernais ha resurgido en las regiones de Morvan y Nièvre y ha sido objeto de una cuidadosa selección para recuperar los rasgos de su carácter independiente y sus desarrollados instintos de caza. Hoy se utiliza este perro en la caza menor, pero en Grecia, EE.UU. y Canadá (locales a donde son exportados) sus presas son los osos.
La raza ha sido oficialmente reconocida por la Société de Vènerie en en 1922 y tres años después se crea el primero clube de la raza.
En 1995 el Grifon de Nivernais fue reconocido por el United Kennel Club, siendo igualmente acepte por la Fédération Cynologique Internationale.

Temperamento:
Aparentemente tímido, en realidad este es un perro calmo, bastante independiente y valiente. Al terreno de caza se muestra resistente, devoto a su trabajo y con espíritu de iniciativa. Se adapta fácilmente a todos los terrenos porque es bastante robusto.
Con sus dueños es un animal afectuoso y sociable, pero ni siempre es obediente debido a su fuerte personalidad. Luego, se recomienda que sea educado desde joven para cumplir las reglas estipuladas. Es muy amigo de los niños y no agresivo. Acepta muy bien la presencia de otras mascotas.

Descripción:
El pelaje del Grifon de Nivernais tiene un aspecto descuidado: es largo, de textura crespa y desgreñada. Los colores permitidos son el gris lobero o pizarra, o el negro (con o sin marcas de color de fuego) y el gamo.
Este perro alto tiene una cabeza pequeña y ligera, el cráneo casi achatado y el chaflán un poco inclinado. Tiene ojos oscuros y las largas orejas cónicas inseridas un poco arriba de la línea de los ojos.
El cuello es delgado, desproveído de pliegues de piel y el pecho es profundo. El dorso es relativamente largo. Los miembros se cubren de pelo largo y son un poco largos. La cola la mantiene en forma de sable.

Observaciones:
Este perro debe de ser regularmente cepillado con un cepillo y un peine. Al mismo tiempo, se debe verificar sus orejas para evitar futuras infecciones. Con esta raza, se recomienda particularmente tomar atención a los indeseables parasitos que se fijan en su pelo.
Este perro no se adapta muy bien a la vida urbana porque le gusta los espacios amplios y necesita de practicar bastante ejercicio físico.