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Jerbo de Mongolia (Meriones unguiculatus)
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Jerbo de Mongolia (Meriones unguiculatus)
Introducción:
Este pequeño roedor de nombre científico Meriones unguiculatus, empieza ahora a conquistar su lugar en el mundo de los animales de estimación. Su carácter dócil y sociable, que lo distingue de muchos de sus parientes roedores, hace que sea cada vez más popular. Es bastante limpio, no produce ningún olor incomodo y puede ser mantenido en un espacio relativamente pequeño.
Estos animales son originarios del desierto de Mongolia y China, en Asia central. En su medio natural excavan túneles con múltiples cámaras en el suelo del desierto, en la cercanía de plantas, cuyas raíces evitan que el suelo arenoso se derrumbe colapsando los túneles. Sus madrigueras cuentan con despensas y un nido para cría, además de múltiples salidas. Viven en parejas o pequeños grupos familiares. Nunca se alejan mucho de la entrada de sus madrigueras. Si se ven en peligro huyen a grandes saltos utilizando sus extremidades posteriores hasta la seguridad de sus túneles.[/align]
[align=justify]Descripción:
Los gerbos son animales de 18 a 24 cm de largo, de los cuales de 6 a 12 corresponden a la cola peluda. Poseen ojos grandes y negros (rojos para algunas variedades de color), el cráneo es mas corto y ancho que en los ratones, las orejas son grandes y cubiertas de pelo. Su cola, también cubierta de pelo, acaba en un penacho. Sus extremidades posteriores están mucho más desarrolladas que las anteriores, lo que les permite moverse a saltos erguidos sobre ellas.
Existen múltiples variedades de color (más de 30); la coloración salvaje es la denominada como agutí (similar a la de los conejos silvestres); el pelo tiene la base gris, una zona central amarillenta y la punta negra. La zona ventral y la parte más distal de las extremidades es de color blanco o crema. La región mandibular es negra.
Posee un faro muy apurado, el que explica el hecho de que fue muy utilizado en las fronteras para detectar drogas. Los dientes incisivos crecen durante toda la vida del animal, por eso necesita de roer bastantes semillas y troncos. Los gerbos, como todos los roedores, tienen una vida relativamente corta. Lo habitual es que vivan alrededor de tres ó cuatro años, aunque excepcionalmente pueden llegar a los seis.
Temperamento:
Como ya fue referido, este roedor es bastante manso y sociable, con todo, no podemos olvidar su origen salvaje. Así, el proceso de habituación y de domesticación debe empezar desde pequeño y así que llegue a su nueva casa. Este proceso puede llevar algunas semanas, sea paciente y evite asustarlo. Se recomienda que ponga la mano en la jaula muy lentamente y siempre con movimientos muy suaves, intentando que la sombra de su mano no caiga sobre el animal, que pensaría que es un ave rapaz. Al principio suelen olfatear y mordisquear (sin llegar a hacer daño) para identificar aquello que se les presenta. Si el gerbo llegara a morder fuerte, bastaría con soplar o mover los dedos para que parase. En cualquier caso, los gerbos agresivos son muy escasos. Un poco de comida ayudará a que el animal nos asocie con experiencias positivas y tome confianza.
Este pequeño roedor de nombre científico Meriones unguiculatus, empieza ahora a conquistar su lugar en el mundo de los animales de estimación. Su carácter dócil y sociable, que lo distingue de muchos de sus parientes roedores, hace que sea cada vez más popular. Es bastante limpio, no produce ningún olor incomodo y puede ser mantenido en un espacio relativamente pequeño.
Estos animales son originarios del desierto de Mongolia y China, en Asia central. En su medio natural excavan túneles con múltiples cámaras en el suelo del desierto, en la cercanía de plantas, cuyas raíces evitan que el suelo arenoso se derrumbe colapsando los túneles. Sus madrigueras cuentan con despensas y un nido para cría, además de múltiples salidas. Viven en parejas o pequeños grupos familiares. Nunca se alejan mucho de la entrada de sus madrigueras. Si se ven en peligro huyen a grandes saltos utilizando sus extremidades posteriores hasta la seguridad de sus túneles.[/align]
[align=justify]Descripción:
Los gerbos son animales de 18 a 24 cm de largo, de los cuales de 6 a 12 corresponden a la cola peluda. Poseen ojos grandes y negros (rojos para algunas variedades de color), el cráneo es mas corto y ancho que en los ratones, las orejas son grandes y cubiertas de pelo. Su cola, también cubierta de pelo, acaba en un penacho. Sus extremidades posteriores están mucho más desarrolladas que las anteriores, lo que les permite moverse a saltos erguidos sobre ellas.
Existen múltiples variedades de color (más de 30); la coloración salvaje es la denominada como agutí (similar a la de los conejos silvestres); el pelo tiene la base gris, una zona central amarillenta y la punta negra. La zona ventral y la parte más distal de las extremidades es de color blanco o crema. La región mandibular es negra.
Posee un faro muy apurado, el que explica el hecho de que fue muy utilizado en las fronteras para detectar drogas. Los dientes incisivos crecen durante toda la vida del animal, por eso necesita de roer bastantes semillas y troncos. Los gerbos, como todos los roedores, tienen una vida relativamente corta. Lo habitual es que vivan alrededor de tres ó cuatro años, aunque excepcionalmente pueden llegar a los seis.
Temperamento:
Como ya fue referido, este roedor es bastante manso y sociable, con todo, no podemos olvidar su origen salvaje. Así, el proceso de habituación y de domesticación debe empezar desde pequeño y así que llegue a su nueva casa. Este proceso puede llevar algunas semanas, sea paciente y evite asustarlo. Se recomienda que ponga la mano en la jaula muy lentamente y siempre con movimientos muy suaves, intentando que la sombra de su mano no caiga sobre el animal, que pensaría que es un ave rapaz. Al principio suelen olfatear y mordisquear (sin llegar a hacer daño) para identificar aquello que se les presenta. Si el gerbo llegara a morder fuerte, bastaría con soplar o mover los dedos para que parase. En cualquier caso, los gerbos agresivos son muy escasos. Un poco de comida ayudará a que el animal nos asocie con experiencias positivas y tome confianza.
Alimentación:
Por lo general, consumen cerca de 8 gramos de pienso por día. Generalmente se les proporciona un cuenco con acceso continuo a la comida, y un bebedero en forma de botella con caña como es habitual para los roedores. De todas formas, algunos propietarios prefieren sumistrar pequeñas cantidades de comida diariamente para prevenir el sobrepeso, aunque no es lo más común. Mantenga tanto el agua como la comida siempre frescas. En condiciones naturales los gerbos se alimentan de semillas y vegetales, con algún aporte ocasional de proteína en forma de insecto. Les podemos proporcionar mezclas de semillas o pienso, siempre que evitemos darles grandes cantidades de frutos secos que les harían engordar peligrosamente. Como complemento a la dieta se les pueden suministrar vegetales; hay que lavarlos bien siempre y no hay que abusar de ellos, pues pueden llegar a provocar diarreas que pueden llegar a ser mortales. Un suplemento ocasional de proteína en forma de algún insecto o comida húmeda de perro o gato puede ser beneficioso en periodos como la gestación o lactación, aunque el uso de proteínas animales está bastante discutido.
Un detalle importante a tener en cuenta a la hora de mantener los gerbos es que son roedores, y por tanto sus incisivos crecen de manera constante y han de roer para desgastarlos. Se les pueden proporcionar ramas para que desgasten sus dientes, aunque habría que hacer una cuidadosa selección para asegurarse de que no le damos ninguna planta que le resulte venenosa. Por esta razón se recomiendan las ramas de manzano, que no producen ningún problema de este tipo. Un juguete para roer ideal son los cartones de los rollos de papel higiénico o de cocina. Los gerbos disfrutan un montón con ellos, aunque ¡no suelen durarles más de una hora!
Por lo general, consumen cerca de 8 gramos de pienso por día. Generalmente se les proporciona un cuenco con acceso continuo a la comida, y un bebedero en forma de botella con caña como es habitual para los roedores. De todas formas, algunos propietarios prefieren sumistrar pequeñas cantidades de comida diariamente para prevenir el sobrepeso, aunque no es lo más común. Mantenga tanto el agua como la comida siempre frescas. En condiciones naturales los gerbos se alimentan de semillas y vegetales, con algún aporte ocasional de proteína en forma de insecto. Les podemos proporcionar mezclas de semillas o pienso, siempre que evitemos darles grandes cantidades de frutos secos que les harían engordar peligrosamente. Como complemento a la dieta se les pueden suministrar vegetales; hay que lavarlos bien siempre y no hay que abusar de ellos, pues pueden llegar a provocar diarreas que pueden llegar a ser mortales. Un suplemento ocasional de proteína en forma de algún insecto o comida húmeda de perro o gato puede ser beneficioso en periodos como la gestación o lactación, aunque el uso de proteínas animales está bastante discutido.
Un detalle importante a tener en cuenta a la hora de mantener los gerbos es que son roedores, y por tanto sus incisivos crecen de manera constante y han de roer para desgastarlos. Se les pueden proporcionar ramas para que desgasten sus dientes, aunque habría que hacer una cuidadosa selección para asegurarse de que no le damos ninguna planta que le resulte venenosa. Por esta razón se recomiendan las ramas de manzano, que no producen ningún problema de este tipo. Un juguete para roer ideal son los cartones de los rollos de papel higiénico o de cocina. Los gerbos disfrutan un montón con ellos, aunque ¡no suelen durarles más de una hora!
Alojamiento:
El alojamiento consiste en un terrario de vidrio o plástico, siempre que éste último no pueda ser roído por ningún sitio. Opcionalmente puede ser utilizada una jaula tipo hámster de preferencia con una base profunda para que quepa bastante forraje. El fondo debe ser cubierto de virutas de madera o papel higiénico (o de cocina) sin tinta. La arena propia para gatos no está recomendada ya que los gerbos tienden a morderla e ingerirla, lo cuel les produce una grave intoxicación. La altura debe ser suficiente para permitir al gerbo saltar sin golpear el techo y para permitir al ardilla ponerse en un cubil. No ha de adornarse en exceso el alojamiento, los gerbos necesitan mucho espacio para moverse.
Basta con que dispongan de un lugar en el que hacer su nido. Las cajas de plástico para hámster no son adecuadas, pues las roerán y destruirán nuestra valiosa adquisición en pocos días. Es mucho mejor y más barato recurrir a una maceta de barro dada la vuelta con un agujero que permita al gerbo entrar en ella siempre y cuando los bordes no corten. Para los alimentos hay que utilizar a un bebedero de botella con caña y a un pequeño recipiente para la comida. Si se utilizan cuencos para el agua, ésta se ensuciará rápidamente y podría provocarle problemas digestivos a nuestra mascota. Necesita también un lugar especial para dormir como una pequeña caja de madera o un recipiente grande de barro.
Es importante saber que los gerbos son animales que no deben alojarse de uno en uno, necesitan de otros individuos de su especie para ser "felices"; si queremos tener gerbos deberemos tener al menos dos. Si no queremos criar, la mejor elección son dos machos, ya que es más difícil mantener dos hembras juntas, pues que son mucho más territoriales y suelen agredirse hasta matarse. Si queremos criar está claro que lo mejor es un macho y una hembra. De todas formas, si percibimos signos de pelea, lo mejor será separarlos. En este caso el animal será más feliz por su cuenta que en compañía.
A la hora de introducir animales es importante que se les introduzca simultáneamente en su hogar y que sean jóvenes, preferentemente de la misma camada. Introducir un animal nuevo en el hogar de otro o un gerbo joven con un adulto, suele desembocar en peleas en las que uno de los contrincantes (el nuevo o el individuo más débil) suele salir muy mal parado. La edad ideal para adquirir un gerbo es 6 - 8 semanas.
El alojamiento consiste en un terrario de vidrio o plástico, siempre que éste último no pueda ser roído por ningún sitio. Opcionalmente puede ser utilizada una jaula tipo hámster de preferencia con una base profunda para que quepa bastante forraje. El fondo debe ser cubierto de virutas de madera o papel higiénico (o de cocina) sin tinta. La arena propia para gatos no está recomendada ya que los gerbos tienden a morderla e ingerirla, lo cuel les produce una grave intoxicación. La altura debe ser suficiente para permitir al gerbo saltar sin golpear el techo y para permitir al ardilla ponerse en un cubil. No ha de adornarse en exceso el alojamiento, los gerbos necesitan mucho espacio para moverse.
Basta con que dispongan de un lugar en el que hacer su nido. Las cajas de plástico para hámster no son adecuadas, pues las roerán y destruirán nuestra valiosa adquisición en pocos días. Es mucho mejor y más barato recurrir a una maceta de barro dada la vuelta con un agujero que permita al gerbo entrar en ella siempre y cuando los bordes no corten. Para los alimentos hay que utilizar a un bebedero de botella con caña y a un pequeño recipiente para la comida. Si se utilizan cuencos para el agua, ésta se ensuciará rápidamente y podría provocarle problemas digestivos a nuestra mascota. Necesita también un lugar especial para dormir como una pequeña caja de madera o un recipiente grande de barro.
Es importante saber que los gerbos son animales que no deben alojarse de uno en uno, necesitan de otros individuos de su especie para ser "felices"; si queremos tener gerbos deberemos tener al menos dos. Si no queremos criar, la mejor elección son dos machos, ya que es más difícil mantener dos hembras juntas, pues que son mucho más territoriales y suelen agredirse hasta matarse. Si queremos criar está claro que lo mejor es un macho y una hembra. De todas formas, si percibimos signos de pelea, lo mejor será separarlos. En este caso el animal será más feliz por su cuenta que en compañía.
A la hora de introducir animales es importante que se les introduzca simultáneamente en su hogar y que sean jóvenes, preferentemente de la misma camada. Introducir un animal nuevo en el hogar de otro o un gerbo joven con un adulto, suele desembocar en peleas en las que uno de los contrincantes (el nuevo o el individuo más débil) suele salir muy mal parado. La edad ideal para adquirir un gerbo es 6 - 8 semanas.
Observaciones:
Para que su pelo se mantenga en perfectas condiciones hay que facilitarles de vez en cuando un baño de arena. Usaremos para ellos el material que se vende para el baño de arena de chinchillas. No se debe utilizar polvo ya que causa problemas respiratorios.
Los gerbos suelen alcanzar la madurez sexual alrededor de los tres meses de edad, a partir de entonces la hembra presentará celo cada 28 días. La gestación dura de 21 a 25 días en condiciones normales, pero si la hembra esta preñada y cuida a otra camada, el parto se retrasará hasta que la primera camada sea independiente. Es importante separar al macho tras el parto ya que la hembra puede volver a quedar preñada inmediatamente despues. Esto le produciría problemas de salud y un nerviosismo que puede llevarla a matar algunas de sus crías para asegurar la supervivencia de las demás. El número medio de crías por camada es de 4 - 5 pero pueden nacer hasta diez. Las hembras no deben tener más de tres o cuatro camadas a lo largo de su vida, ya que esto mengua su salud y acorta su vida.
Las crías no tienen pelo al nacer, son sordas y ciegas y no miden más de tres centímetros (2.5 gr.). A partir de los diez días de vida las crías comenzarán a salir del nido. Con tres semanas ya ingerirán alimentos sólidos y con 5 serán independientes.
Nunca se debe levantar a un gerbo por la cola. Es altamente peligroso ya que puede ocasionar problemas de rotura de columna vertebral o desprendimiento muscular.
No deben tomar cítricos, son tóxicos para estos animales. Lo mejor es alimentarlos a base de pienso específico para la especie, y alguna barrita de comida para que puedan roer. Ocasionalmente, sobre todo en época de lactancia, se les pueden dar pequeñas cantidades de yogur sin azúcar.
Una pareja de gerbos no debería vivir en una superficie menor a 50cm x 30cm. Al aumentar el número de gerbos aumentará el espacio necesario. No se recomienda tener colonias de más de 6 miembros. La frecuencia con que se limpia la jaula varía dependiendo del tamaño y el número de gerbos, pero suele ser cada 10 días. para ello se utilizará un producto desinfectante que no deje un olor muy fuerte, y se secará y ventilará la jaula antes de meter a los animales. La lejía deja un olor demasiado fuerte.
No se debe bañar con agua a un gerbo a menos que sea estrictamente necesario. Al hacerlo se pone en peligro la vida del animal. Es muy fácil que un gerbo se ahogue, y el frío que le produce el estar mojado puede provocar enfermedades que le lleven a la muerte.
No olvidemos que se trata de un roedor, no un perro. Por norma general, no se puede esperar que un gerbo se quede quieto en nuestro regazo al sacarlo de la jaula. Son tremendamente rápidos y necesitan supervisión constante para que no se escapen. Un gerbo suelto puede ser muy difícil de capturar. Además, su escasa visión puede llevarles a situaciones de riesgo. El resto de animales, especialmente los gatos y perros con instinto cazador muy desarrollado, no deben estar cerca si vamos a sacar al roedor de la jaula. Es importante lavarse las manos antes y después de entrar en contacto con animales.
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